El Ateneo de Málaga inicia el curso con tres grandes exposiciones que se inauguran hoy viernes en su sede

El viernes 6 de septiembre se inauguran en las salas del Ateneo tres  exposiciones de distintos géneros y estilos contemporáneos. 

El arte contemporáneo vuelve a cubrir los espacios expositivos del Ateneo de Málaga  con tres artistas locales de distintas generaciones y estilos, en una nueva apuesta por  dar visibilidad tanto a creadores de larga trayectoria, como May Herman, como a  jovenes emergentes con apuestas novedosas y ariesgadas, como Ángelas Vargas  (Geli) y Fran González.  

La Antesala presenta el nuevo proyecto de May Herman, «Poética de la fragilidad»,  comisariada por Fernando de la Rosa. 

Según Guillermo Busutil, autor del texto que acompaña la muestra, «May Herman es  una jardinera de naturalezas de la fragilidad. Sensible y con la maestría de la taxidermia  botánica, les devuelve a las flores la vida en un armónico ecosistema plástico y sensorial.  Corolas, gineceos, filamentos, arterias, haikus dactilares del organismo de las flores y su  cromatismo.» (Fragmento).  

May Herman es Licenciada en Psicología Clínica y en Bellas Artes.  Ha ejercido su actividad profesional como psicóloga en paralelo a su actividad  artística, mostrando su obra desde finales de los años ochenta en muestras  individuales y colectivas. Actualmente, sus intereses creativos se centran en la experimentación con diferentes  soportes y vías de expresión. Pertenece a los colectivos:  Mujeres en las Artes Visuales «MAV» y Observatorio Cultural Feminista «OCF»  

Por otro lado, en la primera planta, El Espacio Frank Rebajes estrena un proyecto  diseñado expresamente para la sala de la artista Ángela Vargas (Geli) titulado  «Miradas Migrantes», un proyecto plasmado en acrílico sobre lienzo, inspirada en  las historias de mujeres migrantes, resultado de la experiencia personal de su  creadora, quien ha migrado desde 2013, viviendo en países como Colombia, Cuba,  Chile, Alemania y España. La motivación para esta serie surgió en Alemania, donde  comenzó a cuestionar las complejas emociones y desafíos que enfrentan los  migrantes, especialmente las mujeres, en su búsqueda de un nuevo hogar.  

El proceso creativo no se limita a la representación física de las mujeres, sino que  implica una cuidadosa selección y composición de imágenes. La artista se sumerge  en los testimonios, emociones y recuerdos de cada mujer para dar vida a las  protagonistas en los lienzos. La paleta de colores utilizada en estas obras desempeña  un papel fundamental en la narrativa visual. El rojo simboliza el valor y la  determinación que arde en el corazón de cada mujer, impulsándolas a dejar atrás su  tierra natal en busca de un futuro mejor. El amarillo irradia la alegría y la esperanza  que encuentran en su viaje, incluso en medio de las adversidades.  

Estos colores se mezclan con el azul, blanco y violeta en los lienzos, como pinceladas  de esperanza y lucha, relatos visuales de historias reales y el profundo anhelo de un  nuevo horizonte. Las obras pictóricas van acompañadas de una instalación y piezas creadas por la  artista.  

Por último, en la Sala Pérez Estrada se muestra «Huella en el tiempo», del artista  de malagueño Fran González. 

En esta exposición, cuya temática principal gira en torno al como la presencia  de los individuos perdura en el tiempo, se presentan dos colecciones  diferentes que funcionan como una unidad. La primera se trata de «Wanted», una colección enormemente influenciada  por artistas como Bansky o Blek le Rat, compuesta por más de cincuenta  piezas que plasman los rostros de diferentes personajes históricos que han  influido en la historia de la humanidad, empleando la técnica de stencil sobre  papel de periódico reciclado. Esto se realiza con el fin de plasmar como las acciones de determinados  personajes relevantes consiguen anteponerse sobre las muchas noticias  diarias con las que somos constantemente bombardeados.  

Por otra parte, «Polvo», una serie cuyos fundamentos parten de textos como  “El Inmortal” de Jorge Luis Borjes, y artistas como Oscar Muñoz y Klaus  Dauven, es la segunda colección que engloba esta exposición. Para su  realización, se combina la técnica de stencil con polvo de óxido, dando como  resultado un rostro creado a partir de una acumulación de polvo y que  tendrá un carácter efímero, puesto que será fácilmente borrable y que dejará  como resultado una mancha sobre el soporte, que a su vez, también estará  en un constante cambio debido a los materiales que se han empleado para  su producción. A través de esta serie, se pretende aludir al como el ser  humano deja un rastro, o mejor dicho, una huella en la historia tras su  desaparición.  

Fran González (Tolox, Málaga) inició su carrera artística en 2019 cuando  ingresó en la Facultad de Bellas Artes de Málaga donde aprendió todo lo que  sabe y desde ese momento no ha dejado de producir.  

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