Aunque las cuentas generales del Ayuntamiento de Ronda cerraron 2023 con un saldo positivo de 638.055 euros, el balance económico refleja que este resultado se debe principalmente al incremento de los ingresos tributarios, mientras los elevados costes en nóminas y suministros limitan la capacidad para inversiones más ambiciosas.
El Ayuntamiento de Ronda ha presentado un saldo positivo de 638.055,87 euros en las cuentas generales de 2023, un dato que la alcaldesa, María de la Paz Fernández, ha valorado como una muestra de buena gestión. Sin embargo, el análisis de las cifras revela que este superávit está directamente relacionado con el notable aumento de los ingresos tributarios y urbanísticos, que en 2023 alcanzaron los 19,19 millones de euros, frente a los 17,80 millones del ejercicio anterior.
Los impuestos, que representaron el grueso de estos ingresos, ascendieron a 14,56 millones de euros, creciendo en más de 1,24 millones respecto a 2022. Esta subida de la recaudación ha generado críticas entre algunos sectores de la población, que consideran que el incremento de la presión fiscal está sirviendo para equilibrar unas cuentas que muestran problemas estructurales, como el excesivo gasto en personal.
Los gastos en suministros y servicios crecieron un 7%, pasando de 8,8 a 9,4 millones de euros, limitando la capacidad para otros proyectos de inversión.
A pesar de que el Ayuntamiento logró reducir la deuda municipal heredada en un 25,72%, situándola en 3,33 millones de euros, esta mejora queda empañada por la dependencia de los impuestos para mantener el equilibrio presupuestario. Otras partidas significativas incluyen los 3,6 millones destinados a la empresa municipal de limpieza, Soliarsa, y los 1,1 millones empleados en la recogida de residuos sólidos urbanos.
Las transferencias y subvenciones recibidas, que alcanzaron los 16 millones de euros, también contribuyeron al balance positivo, aunque su impacto es menor en comparación con los ingresos tributarios.
El saldo positivo y los datos sobre la reducción de la deuda serán presentados en la próxima Comisión de Hacienda, pero los críticos cuestionan si este modelo de gestión es sostenible a largo plazo sin reducir los costes operativos ni aliviar la presión fiscal sobre los ciudadanos. El debate promete ser intenso, especialmente en un contexto donde las cuentas municipales parecen más dependientes que nunca de los impuestos locales.