Asociaciones exigen reconsiderar el diseño y ubicación del Centro de Visitantes de Conejeras en el Parque Nacional Sierra de las Nieves

El proyecto para la construcción del nuevo Centro de Visitantes de Conejeras, en el Parque Nacional Sierra de las Nieves, ha desatado una ola de críticas por parte de diversas organizaciones ecologistas, académicas y deportivas. El diseño vanguardista y el impacto ambiental del proyecto son las principales razones de su oposición.

La reciente propuesta para la construcción de un nuevo Centro de Visitantes en el antiguo cortijo de Conejeras, dentro del Parque Nacional Sierra de las Nieves, ha encendido la alarma entre diversos colectivos y residentes de Parauta, el municipio donde se ubicaría el proyecto. Este centro, concebido con un diseño moderno y una inversión de casi 4 millones de euros, se enfrenta a una creciente oposición debido a su potencial impacto negativo sobre el paisaje y el patrimonio cultural de la zona.

Diversas organizaciones, incluyendo al Instituto de Estudios de Ronda y la Serranía (IERS), Cilniana, Silvema, Verdemar-Ecologistas en Acción, la Sociedad de Ciencias Aranzadi, la Fundación Savia, Grunsber, y la Asociación Rondeña de Amigos de los Caminos Andaluces, han manifestado su rechazo de forma enérgica. En un comunicado conjunto, los representantes de estas asociaciones argumentan que la ubicación propuesta para el centro, en pleno poljé de Conejeras, es profundamente inadecuada. El poljé, una formación geológica característica del modelado kárstico de la Sierra de las Nieves, es una depresión natural conocida por su drenaje endorreico y su red subterránea de galerías. Este tipo de paisaje es único y, según los críticos, la construcción de un edificio de estas características podría desnaturalizar el entorno de forma irreversible.

El cortijo de Conejeras, actualmente en estado ruinoso, es más que una simple edificación. Para muchos, representa un vestigio clave de los antiguos usos agrícolas que prevalecieron en la sierra hasta bien entrada la década de 1970. La destrucción de este cortijo, alertan las organizaciones, no solo borraría un elemento significativo del paisaje cultural, sino que también rompería la conexión histórica entre el hombre y la naturaleza en esta región. Los defensores del patrimonio local insisten en que la conservación del cortijo, ya sea mediante su restauración o al menos su consolidación, es vital para mantener la integridad histórica y cultural del parque.

Además del impacto cultural, las organizaciones han expresado serias preocupaciones sobre el impacto paisajístico y ambiental del proyecto. El diseño vanguardista del edificio, que algunos califican como «excesivamente moderno», podría romper la armonía visual del parque, desviando la atención del visitante del entorno natural que se pretende proteger. Según los críticos, este enfoque contraviene directamente el espíritu de la Ley de Parques Nacionales, que prioriza la preservación del paisaje natural sobre el desarrollo de infraestructuras modernas.

Otro punto de controversia es la seguridad geológica del proyecto. Los poljés, por su naturaleza kárstica, son áreas que pueden experimentar fenómenos de colapso, lo que añade un riesgo adicional al construir en este tipo de terrenos. Las organizaciones ecologistas han subrayado que la ubicación escogida no solo es inapropiada desde un punto de vista ambiental y cultural, sino que también podría ser peligrosa.

Los firmantes del comunicado instan a los responsables del Parque Nacional a reconsiderar la ubicación y el diseño del centro. Proponen alternativas que incluyen la construcción del equipamiento junto al aparcamiento del área recreativa, utilizando una tipología arquitectónica que respete las características tradicionales de la zona. De este modo, se lograría una integración más armoniosa con el entorno, minimizando el impacto visual y preservando la esencia del paisaje.

Mientras tanto, el debate continúa, con la comunidad local y las organizaciones conservacionistas esperando que sus preocupaciones sean escuchadas. La controversia en torno al Centro de Visitantes de Conejeras pone de relieve la delicada tarea de equilibrar el desarrollo turístico y la conservación del patrimonio natural y cultural en una región tan única como la Sierra de las Nieves. La decisión final no solo afectará a los residentes de Parauta, sino también al legado natural y cultural que define a uno de los parques nacionales más importantes de España.

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