Aprobado el Plan de Movilidad en Ronda con los únicos votos del Partido Popular que supone el corte de Puente Nuevo en dirección Norte

El Ayuntamiento de Ronda ha aprobado un ambicioso plan de movilidad urbana que incluirá el corte del Puente Nuevo en dirección norte, afectando significativamente a los vecinos de los barrios del Barrio, Planilla y Arenal.

El Ayuntamiento de Ronda ha dado luz verde a un controvertido plan de movilidad urbana que promete transformar la manera en que los residentes y visitantes se desplazan por la ciudad. En el marco de este plan, se ha decidido cortar el Puente Nuevo en dirección norte, una medida que tendrá un impacto significativo en los patrones de tráfico y en la vida cotidiana de los ciudadanos.

Este cambio, que busca mejorar la calidad del aire y reducir la congestión en el centro histórico, desviará el tráfico hacia rutas alternativas, principalmente la A-397. El objetivo es disminuir el flujo vehicular en el Puente Nuevo, que actualmente soporta entre 2.500 y 5.400 vehículos por día.

La medida no ha sido bien recibida por todos. Los vecinos de los barrios del Barrio, Planilla y Arenal se verán particularmente afectados, ya que se les cortará el acceso directo por la calle Armiñan para llegar al centro de la ciudad. Esta restricción de acceso obligará a los residentes a tomar rutas más largas y potencialmente más congestionadas, lo que ha generado preocupación y críticas. El plan de movilidad contempla la creación de un nuevo vial que, según grupos políticos de la oposición, diversas asociaciones y la plataforma en protección del Arroyo de la Culebra, les supondrá un grave daño a una zona paisajística como es el Cerro de la Pedrea, además de conducir todo el tráfico a las barriadas de San Jorge, Padre Jesús, Fraternidad y San Rafael.

Imagen extraída del Plan de Movilidad con el escenario elegido en pleno.

El plan de movilidad urbana sostenible también incluye mejoras en el camino de Tejares, que se espera capte parte del tráfico desviado, aliviando la presión sobre las avenidas principales como Juan Pablo II. Sin embargo, el éxito de estas mejoras está aún por verse y dependerá en gran medida de la respuesta y adaptación de los ciudadanos a estos cambios.

Los concejales y otros miembros del equipo de gobierno han defendido la medida, argumentando que es un paso necesario hacia una ciudad más sostenible y habitable. Señalan que estas acciones están alineadas con las estrategias a largo plazo para 2030, destinadas a reducir la dependencia del automóvil y promover medios de transporte más sostenibles.

Mientras tanto, la oposición y varios grupos de vecinos han expresado su preocupación por la falta de alternativas viables y la posible sobrecarga en otras vías. Se espera que el Ayuntamiento mantenga reuniones y foros abiertos para discutir estas inquietudes y buscar soluciones que minimicen el impacto negativo en la comunidad.

La implementación de este plan marca un punto de inflexión en la política de movilidad de Ronda, subrayando la creciente importancia de la sostenibilidad en la planificación urbana. Sin embargo, el verdadero éxito de estas medidas solo podrá evaluarse a medida que la ciudad y sus residentes se adapten a los nuevos patrones de tráfico y movilidad.

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