La Asociación Malaka Trekking ha llevado a cabo una nueva actividad senderista, adentrándose en pleno corazón del Bosque de Cobre a través de un itinerario que ha conectado las localidades de Cantarriján y Pujerra. La jornada, marcada por un acusado ambiente otoñal, ha permitido a los participantes disfrutar de uno de los paisajes más representativos de esta época del año en la Serranía.
La ruta dio comienzo en Cantarriján, considerada una de las principales puertas de acceso al Bosque de Cobre. Según describe la propia asociación, esta localidad serrana es mucho más que un punto de partida: se presenta como “un museo gratuito al aire libre”, gracias a los numerosos murales que adornan las fachadas de sus viviendas y que han captado la atención de toda la expedición antes de iniciar la marcha.
Desde este enclave, el grupo se adentró en un pronunciado descenso en dirección al río Genal. El sendero, salpicado de castaños, ofreció un espectáculo visual característico del otoño. Los tonos rojos, naranjas y amarillos se entremezclaban entre sí “como en una paleta de colores”, formando una alfombra natural que acompañó a los senderistas durante todo el tramo.
Una vez alcanzado el río Genal, el grupo realizó una parada obligatoria tanto para hacer una fotografía conjunta como para prepararse mentalmente para el ascenso que les esperaba hacia Pujerra. En esta localidad, Malaka Trekking realizó una nueva parada para disfrutar de productos típicos de la zona, destacando la degustación de embutidos locales, acompañados —según relata la nota— de “alguna que otra cerveza”.
Para cerrar la jornada, el colectivo se desplazó hasta Faraján, donde visitaron las chorreras de Balastar y su nacimiento. El recorrido, aunque breve, destacó por su intensidad y por la presencia constante del agua, elemento protagonista de este enclave natural que sirvió de broche final a un día plenamente otoñal.





