El parque de la ludoteca municipal de Algatocín luce estos días un nuevo y colorido toldo de croché elaborado por vecinas del pueblo que participan en los talleres de ocio y tiempo libre. Una iniciativa artesanal con valor social, que ha unido generaciones y habilidades.
Desde principios de año, el ganchillo se ha convertido en hilo de unión en Algatocín. Un grupo de alrededor de 15 personas, en su mayoría mujeres, ha creado un gran toldo de croché que ya decora y da sombra al parque de la ludoteca municipal. La propuesta surgió en el marco de los talleres de ocio y tiempo libre para adultos que se celebran dos veces por semana en el municipio.



La idea no solo ha dado lugar a una pieza artística formada por 130 cuadrados tejidos a mano —de los cuales ya se han colocado unos 90—, sino que también ha servido para transmitir conocimientos, sumar manos y estrechar lazos. Las participantes más veteranas en el arte del croché se ofrecieron a enseñar a quienes no sabían, lo que ha permitido que también niños, niñas y algún hombre se animen a participar.
Este tipo de iniciativas, más allá del resultado decorativo y funcional, refuerzan la vida social del pueblo. Los talleres han demostrado ser mucho más que espacios creativos: son también lugares de encuentro donde se promueve un envejecimiento activo, se fomenta la participación vecinal y se previene el aislamiento, especialmente entre las personas mayores.
El toldo, que sigue creciendo pieza a pieza, no solo protege del sol. También es símbolo de comunidad, de cuidado y de la belleza de lo hecho a mano. Un homenaje silencioso al tiempo compartido y al valor de lo pequeño.